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19/10/07

Sabemos que damos de desayunar a nuestros hijos


Ha empezado el curso escolar, padres y madres van deprisa y corriendo a poner en marcha cada mañana a sus hijos, siempre contra relog y muchas veces el almuerzo se resiente. La hora del desayuno para los niños es muy importante, les ayuda a cargar “las pilas”para poder estar despiertos y atentos en su ración de conceptos y procedimientos que aprenden en el transcurso de la jornada lectiva a l’escuela.
Debo matizar que un desyuno equilibrado y nutritivo esta muy lejos del típico “Continental”o de aquel que nos muestran las películas norteamericanas. Hemos de hacer más caso del sentido común y sobre todo no caer en la pastelería industrial que resulta realmente nociva por nuestros hijos.
Este tipo de pastas que encontramos al mercado, están rellenadas de aditivos alimentarios, conservantes, colorantes, aromas, antioxidantes, en definitiva tantos “E” - que da miedo leer las etiquetas. Pero sobre todo están compuestas por una gran cantidad de grasas saturadas de origen animal, gracias a algún anuncio de la televisión, sabemos que este tipo de triglicéridos contienen el famoso colesterol “malo” y como consecuencia obstruyen las arterias, provocando un montón de problemas cardiovasculares y una alarmante obesidad infantil.
Gracias al conocimiento de l’opinión pública d’estos hechos, muchas empresas de este tipo de productos de pastelería, han optado por sustituir las grasas animales por otras vegetales (como l’aceite de coco ) y los han hidrogenado, los han saturado (las han hecho sólidas para poder elaborar las pastas).
Lo que la industria nos vende se que estas grasas al ser vegetales no contienen colesterol “malo”, la realidad es que al consumirlas, funcionan del mismo modo que una grasa saturada , con la diferencia que en vez de aportar el colesterol, funcionan del mismo modo que una grasa saturada , con la diferencia que en vez de aportar el colesterol, actúan d’agente multiplicador del colesterol “malo” que el organismo ya contiene.
En resumen que estamos igual o peor y que no es un producto adecuado para el desayuno de nuestros jóvenes.
La gran pregunta pues es ¿que podemos hacer? la solución esta en nuestro bagaje cultural y culinario. De buena mañana : zumos y fruta natural, derivados lácticos con cereales y para el recreo el bocadillo de pan con tomate y jamón de toda la vida, así seguro que no tendremos problemas de colesterol, de obesidad, ni hará falta visitar frecuentemente al dentista, una mínima inversión para nuestros pequeños y si por la mañana no nos da tiempo, el fin de semana preparamos los bocadillos de toda la semana y los congelamos, sólo quedara ponerlo en la nevera la noche antes .

Gracias Maria